Exposición Takeshi Shikama

El silencio del bosque de Takeshi Shikama

A pesar de que, día tras día, la urbanización gana inexorablemente terreno, el archipiélago nipón sigue estando constituido por un 70% de montañas y bosques. El contraste además sigue marcado entre el espacio salvaje del yama y el espacio cultivado y habitado del sato. Este frágil equilibrio aparece como fundamental en la civilización japonesa(…). En 2002, dando la espalda a Tokio y a una carrera marcada por el éxito en el mundo del diseño, Takeshi y su esposa Yukiko abandonaron el frenesí de la megalópolis para instalarse en una casita perdida en medio de un bosque al nordeste de la capital, a dos horas por carretera(…).

Vivir en medio del bosque, adaptarse plenamente a ese nuevo modo de vida, tan cerca de los elementos y en una casi autosuficiencia, parecía no ser suficiente. Se trataría también de transmitir esas emociones inéditas, ese profundo sentimiento de armonía, de satisfacer la necesidad irreprimible de rendir cuentas y difundir esas imágenes. La fotografía cumpliría el rol de transmisor. Shikama inicia su primera serie, Mori no Hida (La respiración silenciosa de los bosques), en 2002, en la que ya plantea las bases de lo que será su obra. El fotógrafo se sumerge en bosques profundos, como en un lugar cerrado sobre sí mismo, opresivo y relajante a la vez, y pone su pesada cámara delante de los “cuadros” cuya elección parece haber sido dictada por su subconsciente(…). A diferencia de la mayor parte de otros paisajistas contemporáneos, Takeshi Shikama nunca da la impresión de estar frente a lo que pretende fotografiar; al contrario, parece estar en el mismo corazón de las cosas, como si formase física y mentalmente parte del paisaje. En su manera de concebir y captar la fotografía, para Shikama la toma de la imagen solo constituye una primera etapa, el comienzo de un proceso que conducirá al resultado final, es decir, la impresión fotográfica, la verdadera finalidad (…).

A partir de 2008 Shikama da un paso determinante y comienza a imprimir sus pruebas sobre papel Gampi. Este papel, utilizado en Japón desde el siglo VIII, se obtiene a partir de la corteza de un arbusto, el gampi, que solo existe en estado salvaje. Hoy en día, solo algunos talleres perpetúan su producción tradicional. De una extrema finura, translúcida y de un bello tinte color marfil, constituye el soporte ideal a las fotografías de Shikama, reforzando su aspecto intemporal y confiriéndoles un tipo de nobleza refinada que nos remite indefectiblemente a los más exquisitos antiguos grabados.

Takeshi Shikama es sin duda un artista de talento que también se distingue por su habilidad como artesano. En la cultura japonesa, la frontera es tenue –casi inexistente– entre el arte y la artesanía, entre el artista y el artesano(…). A partir de un proceso que se podría casi calificar de arcaico, Takeshi Shikama utiliza el medio de una manera distinta a la urgencia habitual de hoy en día. Para ser plenamente apreciadas, las fotografías de Shikama demandan al espectador tiempo y atención. Y entonces se convierten en inolvidables.

Alain D’Hooghe